El curso habilita a realizar el análisis estructural aplicado al estudio de estructuras producidas por deformación en las rocas, minerales y regiones, con el objetivo de levantar mapas y perfiles geológico-mineros. Esta aptitud se logra luego de adquirir un conjunto de herramientas y conocimientos previos interrelacionados con otras disciplinas geológicas. La tarea básica del geólogo es documentar toda la información geológica de superficie y sub-superficie en mapas, perfiles y bloques 3D. En relación con ese objetivo, el análisis estructural resulta de la obtención de datos geométricos de las estructuras geológicas (resumidas a planos y líneas en el espacio). Esta medición se efectúa  con la brújula geológica (que incluye un clinómetro). El conjunto de elementos estructurales medidos se analiza por medio de proyecciones polares y estereográficas. Los patrones observados son diagnósticos de determinadas formas geométricas, tales como acumulación estadística de planos de falla o la forma de los pliegues de la estratificación en fajas plegadas. En la práctica, el análisis estructural es práctico para determinar la ubicación dentro de esas estructuras, reposicionadas en el espacio, de mineralizaciones de interés económico, como por ejemplo, los hidrocarburos en el centro de anticlinales. En la teoría, existen numerosos tests experimentales (analógicos y numéricos) que surgen para intentar responder a preguntas fundamentales que se plantean desde la observación de las estructuras geológicas en todas las escalas, tales como sobre su origen, las condiciones físicas y químicas de su formación, y su relación mutua con procesos naturales conocidos.